Las consecuencias del cambio climático afectan cada vez más a la agricultura europea. Desde condiciones climáticas extremas hasta cambios en la estacionalidad y la variabilidad, tienen un impacto significativo en la producción y calidad de las materias primas, afectando por tanto, la suministro de alimentos. En el futuro, estos efectos solo se intensificarán, desafiando constantemente al sector agroalimentario, según la Comisión Europea.
En el verano de 2018, Europa enfrentó condiciones climáticas extremas, con graves impactos para los productores. Por ejemplo, la sequía que afectó a Europa, provocó una caída significativa de la producción total de cereales en la UE , estimada en un 8% por debajo de la media de los últimos cinco años.
Otro sector afectado por las condiciones calurosas y secas de este verano es la producción de carne de res, que creció más de lo previsto en 2018. La sequía provocó una escasez de forrajes, generando un mayor sacrificio. La producción neta de carne de res para 2018 se estima en un 1,6% por encima de la de 2017.
No solo la cantidad de productos agrícolas, sino también la calidad está amenazada por el cambio climático. Las abundantes lluvias en el norte de Europa han resultado en un trigo con menor contenido de proteínas, lo que puede tener un impacto negativo en las exportaciones europeas.
A nivel de la UE, la política agrícola común ha evolucionado para ayudar a la agricultura comunitaria a ser cada vez más respetuosa con el medio ambiente y el clima. Los resultados sobre el terreno son evidentes: desde 1990 se ha producido una reducción del 23% en las emisiones de gases de efecto invernadero agrícolas, mientras que la superficie de agricultura ecológica en la UE ha aumentado un 5,5% anual en los últimos diez años.
Fuente: Agrodigital