El cerezo es un árbol de porte grande. Siendo conscientes de ello, lo podemos cultivar en cualquier tipo de huerto urbano, sabiendo que deberemos contener su tamaño a base de podas, tanto en verde como durante el invierno en las que serán más severas.
En España, la principal especie cultivada es el Prunus avium (cerezo dulce). Otras especies cultivadas en el mundo son el Prunus cerasus(el guindo o cereza ácida) y el cerezo “Duke“, híbrido del Prunus avium y Prunus cerasus.
La cereza es una fruta de gran aceptación, incluso por los más pequeños de la casa. Su color, forma y la particularidad de poder separar con facilidad su carne del hueso y “escupirlo”… la hacen una fruta muy divertida.
Su consumo puede ser en fresco o emplearse para elaborar otros platos como tartas, mousses, sorbetes, jaleas, mermeladas, compotas e incluso bebidas refrescantes o espirituales.
Si nuestros cerezos aun no nos han dado frutos o simplemente no los tenemos plantados, a la hora de comprar cerezas frescas en el mercado, debemos elegir aquellas que sean pesadas, prietas y de color rojo oscuro o negro. Si las que deseamos son cerezas ácidas, el color que seleccionaremos será entonces el rojo claro o el rosado amarillento. En ambos casos los pedúnculos debe estar bien unido a la cereza.
El origen del Prunus avium (cerezo dulce) se sitúa probablemente en la zona comprendida entre el mar Negro y en el mar Caspio. De ahí, se difundió a otras regiones tanto por las migraciones humanas como por la participación de las aves que fueron dispersando sus semillas en el tiempo.
En cambio, el origen del Prunus cerasus (cereza ácida) la sitúa entre los Alpes Suizos y el Mar Adriático. Por otra parte, hay que tener en cuenta que se han encontrado textos muy antiguos en China donde se describe una fruta similar a la cereza. En tal caso es razonable pensar que tal vez fuera allí donde se podría localizar el origen de esta fruta, siendo los romanos o los griegos los que transportaron hasta la actual Europa.
De todas formas, el cerezo que cultivamos mayoritariamente en España es el Prunus avium,comúnmente llamado cerezo dulce y que pertenece a la familia Rosaceae. A día de hoy, el cerezo está presente en numerosas regiones y países del mundo que gozan de un clima templado.
El cerezo dulce (Prunus avium) es un árbol de hoja caduca de gran porte, que si no se trabaja correctamente las podas, puede superar fácilmente hasta los 25 metros de altura. En cambio, los árboles de cereza ácida (Prunus cerasus) suelen ser más pequeños, no alcanzando alturas más allá de los cinco metros.
Su tronco es recto de textura lisa, de donde surgen las ramas. Es grueso en el caso del cerezo dulce y delgado en el de cerezo ácido.
Su corteza es de textura lisa, anillada, de color marrón rojizo, del que se desprende de anchas bandas transversales.
Sus hojas son simples, ovado-oblongas, aserradas y acabadas en punta con una longitud comprendida entre los siete y 13 centímetros por unos tres a cinco de anchura. Son de color verde suave con el envés más o menos pubescente. Estas hojas adquieren un color rojo anaranjado al caer del árbol, siendo muy decorativas.
La diferencia más notable entre las hojas del cerezo dulce y el ácido, es que en el primero son largas, aserradas y algo colgantes, mientras que en el otro son más pequeñas, también aserradas pero de forma redondeada.
Las flores también son diferentes según la especie. En el caso del cerezo dulce son muy blancas y mayores de 2,5 centímetros de diámetro, mientras que el caso del cerezo dulce no son tan blancas y con un diámetro algo menor, sobre uno y medio a dos centímetros.
En los dos casos, sus flores aparecen antes o al mismo tiempo que sus hojas. Tienen 5 sépalos, 5 pétalos blancos, numerosos estambres y pistilo lampiño. Estas se agrupan en hacecillos sentados, a la manera de umbelas, en número de dos a seis.
Su fruto es técnicamente una drupa de color rojo negruzco, globosas o con figura de corazón. En su interior posee un sólo hueso globoso y casi liso.
Este color es más intenso e incluso muy oscuro en las variedades de la especie de cerezas dulces, mientras que es más anaranjada en las de la especie ácida.
Es importante conocer los órganos fructíferos del cerezo para encaminat la poda hacia su producción. Estos son los llamados ramos mixtos, chifonas (son como ramos mixtos de menor vigor) y, sobre todo, ramilletes de mayo que presenta varias yemas florales y una vegetativa. Las yemas vegetativas o florales se diferencian por su tamaño. Estas las respetaremos en mayor o menos medida en función del estado del frutal (vigor, edad…) y con regularemos su volumen de fructificación.
En cuanto a la polinización, debemos saber que estamos ante una especie fuertemente auto incompatible ya que se produce una incompatibilidad notable entre el polen y el pistilo de una misma flor. Por lo tanto, en huertos urbanos deberemos tener en cuenta el poner como mínimo dos plantas de diferente variedad.
En cultivos gestionados por profesionales, suelen plantar polinizadores cada tres árboles en una de cada tres filas, y se planta más de un cultivar de polinizador para garantizar el solape de la floración.
Los cerezos son polinizados por abejas, por lo que no nos debe de extrañar que acudan a ellos cuando se encuentran en plena floración.
La cereza tiene una excelente comercialización, quizás ayudada por ser el primer fruto de hueso que entra en el mercado.
Así, el cerezo goza de gran importancia en muchos países, creciendo su demanda en los mercados en fresco e industria conservera. A nivel mundial, los países de mayor producción son Irán, EE.UU., Turquía, Italia, Alemania, España, Líbano, Rumanía, Francia y la Federación Rusa.
Sus producciones no son consumidas exclusivamente por cada país productor, sino que en muchas ocasiones exportan cierta cantidad de la producida y en otras se importa. Se da la circunstancia que algunos países, con una gran producción de cerezas, necesitan de otras variedades diferentes a las producidas en sus campos para la producción de mermeladas, compotas, decoración, etc.
Las zonas más importantes de producción de cereza en España se sitúan en Extremadura, Aragón y Cataluña, a las que se suman con fuerza Andalucía y Comunidad Valenciana. Sin embrago hay producciones destacables en muchas otras zonas de la geografía española.
Si bien es muy popular la zona del Valle del Jerte en Cáceres, en otras áreas del Valle de Ebro y la comunidad andaluza está aumentando significativamente su superficie de producción.
Como decimos, hay otras muchas zonas productoras pequeñas de cereza que si bien no son tan populares, se comportan como verdaderos motores económicos de sus pueblos o comarcas, siendo su producción muy esperada por los habitantes a los que les llega sus producciones. Son tan valoradas que si se les pregunta a cada uno de ellos cual es la mejor cereza de España te contesta: esta y no sólo de España sino del mundo.
El fruto de la cereza posee cualidades medicinales y alimenticias muy interesantes. Las cerezas son ricas en vitaminas K, A y C. Además nos aporta hierro, calcio y fósforo.
Como otras muchas frutas, tiene un bajo contenido en grasas y nada de colesterol. Su valor energético lo aportan sus hidratos de carbono.
Su madera es compacta, pesada y dura, muy estimada en tornería y ebanistería para la fabricación de muebles e instrumentos.
También hay que destacar su importancia como árbol ornamental.
Fuente: El huerto urbano