El pistacho es un fruto seco de pequeño tamaño, alargado con una cáscara dura, delgada y de color marrón claro. La parte comestible es verde-amarillenta y tierna. Se usan en productos comestibles y hasta en cosméticos, por lo que hay mucha demanda.
El pistacho es un fruto de gran categoría y es muy apreciado tanto para su consumo en fresco como para la industria.
La planta
El alfóncigo es el árbol que produce los pistachos, es
caducifolio y sus hojas cambian de color en otoño, adquiriendo una tonalidad rojo anaranjada que le confiere gran interés ornamental.
El pistacho procede de un árbol de porte mediano, de unos 6 a 10m de altura, conocido como alfóncigo de la familia de las Anacardiáceas y especie Pistacia vera. Su corteza es rugosa de color gris, con muchas ramas y copa densa. Las raíces profundizan bastante.
Las hojas son compuestas,
imparipinnadas, con 3 ó 5 foliolos según la variedad, ovales o lanceoladas, de color verde oscuro por el
haz y más claro por el
envés. El follaje cambia de color en otoño, se vuelve rojo anaranjado, por lo que resulta de gran interés ornamental. Las hojas son caducas.
Las flores masculinas y femeninas se encuentran en árboles diferentes. Son pequeñas, agrupadas en
inflorescencias axilares en forma de racimos y de color verdoso. Se abren en abril-mayo y dan el fruto con una sola semilla que es la parte comestible.
El pistacho procede de Siria, aunque crece espontáneamente en otros lugares. Los principales países productores son Irán y EEUU (California). En España el cultivo es relativamente reciente, produciéndose unas 150t, pero se considera una alternativa en zonas áridas de secano.
La procedencia original parece ser Siria pero se encuentra también de forma espontánea en Palestina, el litoral de Asia Menor y Medio Oriente, así como en la India Occidental y el Asia Central rusa. Desde Siria y Persia pasó a cultivarse en los países mediterráneos y su presencia en el mundo es muy antigua, incluso se hacen alusiones al alfóncigo en la Biblia y otros textos anteriores a la época de Cristo. En España se introdujo en la época de los romanos, lo desarrollaron los árabes y desapareció en la Edad Media con los moriscos. Se volvió a introducir el cultivo en la década de los años 1980, empezando por Lérida (Cataluña).
La producción mundial es de unas 330.000t y está distribuida por continentes de la forma siguiente:
Continente | Miles de toneladas |
Africa |
2 |
Asia |
236 |
Europa |
5 |
Norteamérica |
85 |
Oceanía |
- |
Sudamérica |
- |
Total |
328 |
Fuente: FAO Production Yearbook (1998)
Los principales países productores en cada continente son:
País | Miles de toneladas |
Irán |
130 |
USA |
85 |
Turquía |
40 |
Siria |
36 |
China |
28F(*) |
Grecia |
5 |
Fuente: FAO Production Yearbook (1998)
(*) F: Valor estimado por la FAO
Los principales países productores de pistacho por orden de importancia son Irán, EEUU (California), Turquía, Siria, China y Grecia.
La implantación del cultivo en España es muy reciente por lo que todavía no hay plantaciones importantes, sin embargo, puede considerarse una alternativa a otros cultivos excedentarios de secano en zonas áridas y semiáridas.
Actualmente en España se cultivan unas 1.000ha y la zona de mayor producción es Cataluña, concretamente hay que destacar la provincia de Lérida como pistachera.
Área | Hectáreas | Toneladas |
Cataluña |
350 |
40 |
Extremadura |
150 |
40 |
Castilla-La Mancha |
250 |
30 |
Andalucía |
175 |
25 |
Otras |
75 |
15 |
Total |
1.000 |
150 |
Fuente: La Horticultura Española (2001)
El mayor importador del mundo es Alemania; le sigue España con una importación de pistachos de unos 12.000t al año y que principalmente provienen de Irán (6.000t), Alemania (3.800t, reexportación), Turquía y otros países (2.200t). A continuación, Francia y los países de Oriente Medio. Y los Estados Unidos se autoabastecen con la producción de California.
Beneficios para la salud
Los pistachos contienen más de un 50% de grasas, la mayor parte no saturadas, un 20% de proteínas y un 20% de carbohidratos complejos y provitamina A. De entre los frutos secos, los pistachos son los más ricos en potasio.
También son fuentes excelentes de hierro, fósforo, magnesio y energía. Este fruto posee efectos beneficiosos para las funciones del corazón. También participa en el metabolismo de las células y su contenido en potasio ayuda a regular los niveles de agua de éstas. El hierro es esencial para la síntesis de hemoglobina y mioglobina. Desempeña un papel en la respiración celular, el desarrollo intelectual e intensifica el sistema inmunológico. El fósforo es un constituyente importante de los huesos y dientes. El magnesio también tiene una función en el desarrollo de los huesos y la síntesis de las proteínas.
Tradición popular
En la Antigüedad, el pistacho era un fruto muy valorado, sobre todo en Oriente. Se consideraba un buen afrodisíaco y se recetaba contra la melancolía y la hipocondría.
Debido a que es muy energético resulta adecuado para reforzar la dieta a estudiantes, personas agotadas intelectualmente y aquellas que realizan grandes esfuerzos físicos. Por lo tanto, tomados entre horas es una excelente fuente de energía.
Aunque son ricos en grasas y por eso están contraindicados en caso de obesidad, se trata de grasas ‘buenas’ que no suponen peligro para el colesterol, sino todo lo contrario.
También se recomiendan como reforzantes en casos de convalecencia y embarazo, sobre todo por su contenido en minerales como potasio y magnesio.