Cuidados del viñedo ecológico

lunes, 3 de diciembre de 2018

El viñedo ecológico en España representa, en la actualidad, un sector importante que no ha dejado de crecer desde que comenzó el siglo XXI. Las comunidades autónomas donde más vino ecologico se cultiva son Castilla La Mancha, Murcia, Comunidad Valenciana, Navarra y Cataluña.

Un viñedo puede llegar a ser ecológico por dos vías. Desde el origen de su creación como viñedo ecológico o se puede pasar de un viñedo convencional a uno ecológico tratando el suelo sin fertilizantes. En este segundo caso, los resultados no serán inmediatos y tendrán que pasar varios años hasta que el suelo quede libre de productos químicos. Para certificar que el producto final de estos suelos cumple con los estándares de calidad de la agricultura ecológica de la Unión Europea, deberán pasar numerosos controles a lo largo de los años.

Cuidados del viñedo ecológico

Para que un vino, como el vino de jumilla que se produce en Casa de la Ermita, se considere un vino ecológico no solo debe estar tratado sin productos químicos, como los pesticidas y fertilizantes, sino que los cambios en el sistema de producción deben ser más profundos.

SELECCIÓN DEL SUELO A CULTIVAR

La vid es una planta muy sensible a las plagas y a las enfermedades es, por este motivo, muy importante elegir bien el suelo en el que se va a establecer el cultivo.

El mejor lugar es aquel que recibe sol por las mañanas y sombra por la tarde. También es importante que las corrientes de aire no sean excesivas y que el suelo tenga un buen drenaje superficial e interno.

En cuanto a la composición de la tierra, no hay diferencia entre el viñedo ecológico y el tradicional, la vid es una planta que crece bien en casi cualquier tipo de suelo. Se adapta a los lugares arenosos, arcillosos e, incluso, rocosos. Lo importante es la cantidad de sol que recibe y la capacidad de drenaje de los suelos.

DIVERSIDAD BIOLÓGICA

La diversidad biológica es uno de los principios en los que se basa la vinicultura ecológica. Entre las ventajas que aporta está la de la mejora del suelo, la prevención de plagas o enfermedades y la mejora ambiental del viñedo ecológico.

Una de las formas de crear esta diversidad biológica es sembrando, entre las plantas de vid diferentes cultivos. Otra técnica, también muy utilizada, es la de dejar crecer la vegetación natural de la zona. Las mejores plantas para cultivar son las leguminosas, porque ayudan a fijar el nitrógeno, aunque también son muy beneficiosas las crucíferas por su capacidad para bombear nutrientes desde las capas más profundas del suelo.

MÉTODOS DE FERTILIZACIÓN

En un viñedo ecológico está totalmente prohibido el uso de fertilizantes de origen químico, por lo que para un buen tratamiento del suelo lo que se utiliza es materia orgánica como; estiércoles secos o estiércoles frescos de vaca. El estiércol no solo aporta nutrientes a la planta en el corto plazo, sino que mejora la actividad biológica del suelo haciendo que este sea más fértil y recoja mejor estos nutrientes.

Otra manera de contribuir a la mejora del suelo es incorporar los restos de la poda. Así, se aprovechan una gran cantidad de nutrientes del propio viñedo mejorando, también, la fertilidad del suelo.

CONTROL DE PLAGAS Y ENFERMEDADES

En ocasiones, las medidas utilizadas para evitar las plagas y las enfermedades no son suficientes y estas se producen. En estos casos, en los viñedos ecológicos está permitido el uso de ciertos productos que atajan estos problemas

Entre las enfermedades más comunes en este tipo de viñedos se encuentran la de hongos por mildiu, las plagas de polillas y los ácaros.

Para acabar con los hongos de mildiu se utiliza sulfato de cobre, siempre teniendo en cuenta las medidas que aprueba la Unión Europea y no rompen con la normativa de productos ecológicos.

Para las plagas de polilla, lo que los agricultores utilizan son trampas de atrayente sexual. El objetivo es controlar la reproducción de las polillas y evitar que estas se reproduzcan. Solo es eficaz con las larvas jóvenes y estas deben ingerirlo, por eso es importante la adición de azúcar en el preparado.

En cuanto a los ácaros, si bien no suponen un problema grave, se debe acabar con ellos. Para ello se utiliza azufre.

En cualquier caso, la mejor forma de controlar las enfermedades y plagas es evitando que estas se produzcan. Para eso es fundamental un buen tratamiento del suelo.

Viñedo ecológico Vs tradicional

DIFERENCIAS EN EL CULTIVO

Una de las grandes diferencias entre un vino cultivado en un viñedo ecológico y otro cultivado de manera tradicional es que en el primero de ellos no se han utilizado productos químicos, fertilizantes artificiales, ni plaguicidas. Como consecuencia de este tratamiento, el sulfuroso añadido en los vinos ecológicos es menor que en los tradicionales.

Al no contemplarse el uso de estos productos químicos, la viticultura ecológica busca prevenir las plagas y las enfermedades más que solucionarlas una vez se han producido. Por eso resulta fundamental realizar un buen tratamiento de los suelos donde se van a plantar las vides, así como estudiar cuáles son los mejores fertilizantes naturales para cada tipo de suelo y aportar a la uva los nutrientes que necesita para crecer sana, todo de una forma natural.

Diferencias en la calidad

Ambos tipos de vino, tanto el cultivado en viñedos tradicionales como el ecológico, están sujetos a fuertes controles de calidad.

Para saber si un vino es ecológico se debe mirar si la botella lleva en su etiqueta el distintivo de agricultura ecológica de la Unión Europea. Es la única manera de saber si el vino cumple con los estándares obligatorios para ser considerado un producto ecológico. Junto a este distintivo, también debe aparecer el lugar de origen del vino.

Hoy en día se puede conseguir vino ecológico en cualquier supermercado, si bien es cierto que las tiendas especializadas en productos ecológicos y en las tiendas de comercio justo es más fácil que puedas localizarlos.

Para que un cultivo pueda ser considerado como ecológico debe pasar por varios controles a lo largo de los años.

Fuente: Casa de la Ermita

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