Estamos cada vez más cerca de acabar con los plásticos OXO-BIO
Los acolchados oxo-biodegradables para la agricultura se microfragmentan tras su uso, dejando residuos altamente contaminantes en el suelo. Desde Plastyagro® llevamos tiempo alertando del peligro medioambiental que supone la utilización de estos materiales y apostando por alternativas biodegradables para las labores agrícolas.
Es el caso de Enviroplast®, un film para acolchar cultivos biodegradable y compostable que cuenta con todas las funcionalidades de un plástico convencional y, además, es respetuoso con el medio ambiente.
En una nota de prensa del Consejo que vio la luz el pasado 19 de diciembre, se informa del Acuerdo provisional al que ha llegado la Presidencia del Consejo con el Parlamento europeo, para seguir adelante con la nueva Directiva que prohibirá los plásticos de un solo uso (entre los que se encuentran los acolchados oxo-biodegradables).
El principal objetivo que persigue la medida es reducir los residuos plásticos de nuestros mares, un problema de primera magnitud que amenaza ecosistemas y especies marinas. Actualmente ya existe una regulación en la materia, pero este Acuerdo conlleva un endurecimiento de la legislación para lograr un avance efectivo en la lucha contra la contaminación marina.
Ante la incógnita de la futura prohibición de un producto que actualmente está extendido en la agricultura europea, como pueden ser los films oxo-biodegradables; desde Plastyagro® queremos lanzar un mensaje de tranquilidad a todos los productores, ya que hay alternativas como el biodegradable: su uso se extiende en los sistemas agrícolas gracias a sus múltiples beneficios. Nuestra experiencia confirma que los clientes que prueban Enviroplast®, no quieren volver al plástico convencional ni al oxo-biodegradable.
La propuesta que ha salido adelante forma parte de la Estrategia de la UE sobre. La Comisión presentó el borrador en mayor de 2018 y tras las distintas reuniones celebradas a lo largo del año, en las próximas semanas tendrán lugar los trámites finales para su aprobación definitiva y posterior puesta en marcha, ya que se trata de una norma de obligado cumplimiento para todos los Estados Miembros.