Las Eco-etiquetas son distintivos que nos ayudan a identificar aquellos productos, materiales o incluso servicios que han sido elaborados con prácticas que contribuyen al cuidado y la conservación del medioambiente.
Etiqueta ecológica europea: Fue creada en 1992y reconoce a aquellos productos y servicios, que durante su etapa de fabricación, disribuición, empleo y residuo generan menor huella sobre el entorno. Esto quiere decir que son mas respetuosos que otros de su misma categoría.
La hoja verde de la UE: Se emplea para los alimentos ecológicos. Indica la ausencia de organismos genéticamente modificados en la agricultura e identifica a aquellos productos que han sido cultivados o criados con métodos que conservan, cuidan y favorecen el medio ambiente, garantizando, de paso, el bienestar de los animales y el rechazo de plaguicidas, fertilizantes o antibióticos.
Etiqueta energética europea: Categorías qye van desde la A+++ hasta la D, las cuales señalan el nivel de eficiencia energética que ofrece el electrodoméstico.
Certificación de pesca sostenible: Es una garantía de captura sostenible y trazabilidad de los productos pesqueros que asegura al consumidor que no hay sobreexplotación de recursos y que el pescado y marisco de sus platos es respetuoso con el planeta.
Productos forestales sostenibles: Garantiza la trazabilidad de los productos procedentes de los bosques y nos indica que el origen del papel, la madera y otros productos forestales, como pueden ser el corcho o las setas que adquirimos, no proceden de una tala ilegal sino de bosques gestionados de manera sostenible y que permiten la conservación de la biodiversidad.
Certificado AENOR de la Huella de Carbono: Es la encargada de su gestión. Un tercero independiente y reconocido acredita, mediante este sello, la veracidad del cálculo, reducción o compensación de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al ciclo de vida de un producto o a la actividad de organizaciones, eventos o servicios. Este sello actúa como un instrumento de transparencia que permite conocer la participación que una compañía, un producto o un servicio tiene sobre el cambio climático.
Según la clasificación de la ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DE NORMALIZACIÓN (ISO), las ecoetiquetas se dividen en:
Están respaldadas por la norma ISO 14024 y cotejan entre sí productos o servicios equivalentes. Implican que un tercero, ha certificado un producto o servicio, siguiendo unas rigurosas normas ambientales fijadas con anterioridad y, además, le ha otorgado el uso de la ecoetiqueta al ser el ciclo de vida de ese producto o servicio más beneficioso para el medio ambiente.
Se guían por la norma ISO 14021. Es la propia empresa fabricante del artículo la que declara mediante algún emblema o escrito (como podrían ser las frases “papel sostenible” o “producto amigo del planeta”) que ese producto tiene alguna condición por la que destaca ambientalmente. Gracias a este distintivo, el cliente sabrá que el artículo o su envase se pueden reciclar cuando aparezca un triángulo formado por tres flechas verdes (o que incluye elementos reciclados).
Siguen la norma ISO 14025. Con ellas el cliente dispondrá de información cuantificada sobre posibles impactos de un artículo en el medio ambiente. Para conseguir esos datos se analiza el ciclo de vida del producto, estudiando todo el proceso que comprende desde el momento de la extracción de las materias primas hasta el final de su vida útil.