La Organización de Consumidores y Usuarios ha mostrado su preocupación a la AECOSAN sobre cómo se está desarrollando el sistema de Etiqueta Nutricional Evolucionada o ENL basado en el tamaño de las porciones. Según OCU, este sistema no cumple con los requisitos definidos en el reglamento de la UE sobre información nutricional adicional, ni es útil para que los consumidores puedan elegir alimentos más saludables.
La Organización de Consumidores y Usuarios ha apoyado durante mucho tiempo la introducción de un esquema europeo de etiquetado nutricional obligatorio denominado “front-of-pack”, basado en la codificación por colores. Sin embargo, al no ser obligatorio por el momento, la legislación de la UE permite a los Estados miembros introducir sus propios esquemas.
En el caso de España, se están desarrollando esquemas, diseñados por operadores de la industria o por autoridades nacionales, que no cumplen con los requisitos legales establecidos en el Reglamento de Información Alimentaria, como la Etiqueta de Nutrición Evolucionada (ENL), propuesta por cinco empresas multinacionales de alimentos y bebidas ().
Según OCU, este sistema busca adaptar la etiqueta nutricional del semáforo del Reino Unido de tal forma que el código de color para “porciones más pequeñas”, dependerá de criterios más indulgentes que aquellos de las porciones más grandes o por 100 gramos.
OCU respalda el código de colores, siempre y cuando estén basados en criterios uniformes para ayudar a los consumidores a descifrar la información nutricional con mayor facilidad. Sin embargo, la Organización cree que el código de colores basado en el tamaño de las porciones, como lo proponen estas compañías de la industria alimentaria, inducirá a error a los consumidores, ya que no podrán comparar fácilmente diferentes productos si los colores del esquema pueden variar cuando se usan para porciones más grandes o más pequeñas. Además, los tamaños de las porciones que actualmente asignan las propias empresas suelen ser poco realistas.
Según OCU, el propio modelo realizado por las empresas muestra que el efecto principal de la ENL es que, para porciones de menos de 50 g, el número de ‘rojos’ para grasa, azúcar y/o sal tiende a disminuir significativamente en comparación con el esquema de semáforo original del Reino Unido. Además, al contrario de lo que dicen las compañías, no hay evidencia que demuestre que ENL aliente a los consumidores a comer porciones más pequeñas, sino todo lo contrario.
Aun así, las compañías ENL han anunciado su intención de probar su esquema en Europa desde finales de 2018 hasta finales de 2020 para recopilar información sobre los consumidores. Sin embargo, OCU recuerda que solo se necesitaron diez semanas para que el estudio dirigido por el gobierno francés sobre el sistema NutriScore generara una sólida base de evidencia de que funciona.
OCU muestra su preocupación por que se permita el uso del esquema ENL durante dos años en Europa, antes de asegurarse cuál podría ser el resultado, ya que no ha demostrado pruebas sólidas de efectividad, y sin embargo tiene un gran potencial para engañar a los consumidores.
En este contexto, OCU cree que los esquemas de etiquetado nutricional simplificados que no cumplan con los criterios establecidos en la legislación de etiquetado de alimentos no deberían permitirse en el mercado, incluso bajo el pretexto de una fase de “prueba” y pide, por tanto, que no se permita la “prueba” del esquema ENL en el mercado español.
Fuente: Agrodigital