La desinfección de suelos se puede llevar a cabo mediante distintas técnicas. Las más utilizadas actualmente son los siguientes:
1) Solarización
2) Biofumigación
3) Biosolarización,
Ésta última es la que mejor resultado proporciona como posteriormente se expone. El objetivo de la desinfección es eliminar o, en su defecto, reducir la población de patógenos (bacterias, hongos (los géneros más comúnmente encontrados en el suelo son: Fusarium, Pythium, Phytophthora, Rhizoctonia y Verticillium), nematodos,…) que habitan en el suelo, los cuales provocan mermas en la producción.
SOLARIZACIÓN
Técnica de desinfección que consiste en acolchar el suelo, en estado húmedo , con plástico transparente y de poco espesor (mayor transferencia de calor) durante los meses de mayor temperatura y radiación solar. Al cubrir el suelo (las pérdidas de calor deben ser mínimas), se consigue aumentar la temperatura del mismo. Durante este tiempo, el invernadero debe permanecer cerrado para conseguir alcanzar las temperaturas objetivo.
La radiación solar atraviesa el plástico y se convierte en calor que se transfiere al suelo. Sin embargo, la radiación emitida por el suelo no es capaz de atravesar la cubierta plástica, consiguiendo por tanto mayores temperaturas. De este modo, se inducen cambios físicos, químicos y biológicos que provocan la desaparición/reducción de una gran cantidad de patógenos de suelo. El porcentaje de patógenos eliminados, o dicho de otro modo, el éxito de esta técnica, depende de diversos factores, principalmente de la radiación y la temperatura, los cuales al mismo tiempo también dependen de muchos otros (condiciones estructurales del invernadero, tipo y material de la cubierta, estructura de suelo, etc.).
Según literatura, los patógenos mueren en el suelo rápidamente con temperaturas de 50ºC, aunque el período de tiempo necesario a estas temperaturas (37-50ºC) depende de la especie en cuestión. La sensibilidad/tolerancia al calor de éstas es diferente en cada caso. Para conseguir temperaturas mayores en el suelo, es conveniente que en suelos enarenados se retire la capa de arena. De todos modos, se ha demostrado que es necesario mantener el suelo cubierto durante 60 días para intentar que la eficacia sea lo mayor posible.
BIOFUMIGACIÓN
Técnica de desinfección que consiste en aplicar una cantidad abundante de materia orgánica al suelo (5kg/m2) y utilizar los gases resultantes de la descomposición de ésta para el control de patógenos de suelo. La materia orgánica utilizada puede ser de origen animal (estiércol fresco) o vegetal (restos de cultivo). Por un lado, cuando el estiércol se descompone libera amoníaco (cuanto más fresco es el estiércol, mayor es la emisión de amoníaco) y si la materia orgánica es de origen vegetal, la liberación es de isotiocianatos (si los restos de cosecha son de crucíferas), amonio y fenoles.
La actividad fumigante es selectiva, ya que la cantidad de gases liberados en el proceso de biofumigación necesaria para erradicar patógenos es aproximadamente treinta veces menor que la necesaria para afectar hongos antagonistas de los patógenos.
La biofumigación puede llevarse a cabo en cualquier época del año en tanto que no necesita alcanzar temperaturas demasiado elevadas. De todos modos, hay que tener en cuenta que el proceso de degradación de la materia orgánica es más rápido cuando las temperaturas son mayores y viceversa.
ETAPAS DEL PROCESO:
- Etapa 1: La población microbiana es máxima por lo que la concentración de oxígeno en el suelo disminuye considerablemente. Por otro lado también, la liberación de sustancias volátiles es máxima durante esta fase inicial.
- Etapa 2: La población de microorganismos en el suelo se reduce en general, viéndose favorecidas las poblaciones de microorganismos saprofitos (poder fungistático) debido a la incorporación de la materia orgánica.
- Etapa 3: Las poblaciones de microorganismos se estabilizan siendo considerablemente mayores las correspondientes a microorganismos saprofitos y antagonistas de patógenos.
BIOSOLARIZACIÓN
Técnica, que combinando la solarización y la biofumigación, consigue alcanzar temperaturas superiores a las conseguidas con la solarización clásica y acumular una mayor cantidad de gases bajo la cubierta.